El terreno y la superficie son totalmente diferentes. No hay árboles, es pura piedra pómez. No era fácil subir a la cumbre. Y era supervolcánico. Había mucha obsidiana en la zona, ¡increíble! Es un paisaje abierto. No tiene nada que ver con Santa Cruz, que es puro terreno de marga entre sequoias.
Me compraron mi primera bicicleta de montaña en 1998. Estaba en quinto de primaria. Me empezó a gustar la bicicleta de montaña, pero vivía en Davis, California, y ahí no se movía mucho el ciclismo de montaña. Entonces empecé a ver vídeos de bicicleta de montaña y descubrí los campamentos de verano Gravity aquí en Whistler. Yo quería ir, pero mi madre no podía traerme, así que empezó a ahorrar y me mandó al campamento desde muy joven. Me di cuenta de que lo yo quería hacer en mi vida era montar en bicicleta de montaña, aquella experiencia me abrió los ojos, descubrí el increíble paisaje de Whistler y ya quedé enganchado.