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Svein Tuft siempre ha sido un ciclista de carretera profesional algo atípico. Prefiere llevar una vida sencilla, en la montaña, rodeado de pocos lujos. Es un explorador que se enamoró de este deporte durante un viaje en bici con su perro, cuando tenía poco más de 20 años de edad. Ahora nos lleva a recorrer su aventura favorita de 3 días sobre tierra cerca de su casa de Andorra.



Siempre he soñado con hacer esta ruta por tierra que recorre 3 países, no sabía si sería posible, y ahora ha llegado el momento de intentarlo. Acababa de aterrizar en Toulouse tras luchar contra los vientos de costado de las carreteras holandesas y belgas en el Binck Bank Tour, con las piernas cargadas y sin tener nada claro por qué me había metido en esto. Esperé a mi amigo Sam (motor) Flanagan, cargamos el coche y nos dirigimos a los Pirineos en un viaje en coche de 3 horas hasta llegar a Andorra. 


Vivimos en un pueblo, Pal, situado a los pies de Vallnord, el punto de partida de numerosas rutas de bicicleta de montaña de enduro. Después de disfrutar de un almuerzo espectacular a cargo de mi esposa Justine, echamos a rodar en nuestras SCOTT Addict Gravel cargadas con equipaje para 3 días. Nada más salir del pueblo, afrontamos un tramo exigente de 13 km de ascenso hasta el Port de Cabús, en la frontera entre España y Andorra. Aquí termina el asfalto y empieza la tierra con un descenso masivo de casi 1500 m hasta el pueblo de Tor. Cuando llegamos al valle de Alins tocaba volver a subir a Tavascan con las últimas luces del día. Comimos algún plato típico catalán y estudiamos los mapas topográficos para una etapa épica que nos llevaría de vuelta a Francia. 



El día amaneció con un azul impecable y unas temperaturas de ensueño. Empezamos el ascenso desde Tavascan por una carretera de montaña que en pocos kilómetros se transformó en tierra. Mientras subíamos a Quanca saboreamos los arándanos y las frambuesas que nos encontrábamos en el bosque de altura. Nada más pasar Quanca, el camino se convierte en una vereda. Tuvimos que bajarnos y caminar un rato para poder llegar al collado. Justo antes de la cima nos encontramos un lago precioso conocido como Estany del Port. Nos dimos un bañito rápido en las aguas glaciares. Llegamos al collado de Tavascan a 2100 m y ahí comenzamos el descenso a la región francesa de Ariège. La cara norte de los Pirineos es mucho más húmeda; se nota enseguida, no hay más que ver los árboles enormes y los descensos resbaladizos con raíces. Aquí había un tramo bastante empinado y técnico, pero nos quedamos impresionados con el excelente comportamiento de estas Addict de carbono en terrenos con fuertes pendientes. 



Después de unos 6 km de descenso técnico bajamos al valle cerca del pueblo de Osesse muertos de hambre y fritos de sed. Por desgracia, era un pueblo francés y no había nada abierto, así que tuvimos que continuar. Los ascensos de esta zona son implacables y parece que surge un collado detrás de otro. El último gran puerto del día era el Col de Latrappe. A estas alturas teníamos el depósito a cero, pero nos encontramos un restaurante pequeño y coqueto donde nos prepararon unos croc monseiurs y nos dieron agua helada. Nos esperaba un descenso de 1000 m a Vicdessos. Acampamos a las afueras de Auzat, al lado de la carretera nacional D8 francesa. Vivaqueamos en una pradera en una noche fresca típica de otoño. 


Salimos de Auzat, a unos 500 m de altitud, y nos dispusimos a afrontar los 2000 m de ascenso del Port de Rat. Es una carretera firme en buen estado que sube curva a curva por el valle hasta el lago de Soulcem, donde el asfalto se transforma en tierra y continúa ascendiendo en curvas constantes y empinadas hasta la base de los Altos Pirineos. Al final del camino de tierra hay que buscar un sendero que nos lleva hasta el Port de Rat. Es más o menos una hora de pedales y de caminata desde ahí hasta la gran estación de esquí de Arcalis, ya de vuelta en Andorra. Tras algún paso comprometido al cruzar el puerto, empieza el gran descenso hasta Arcalis y Ordino. Hemos tenido mucha suerte con el tiempo durante todo el viaje, aunque a última hora las cosas empeoraron. Mientras bajábamos desde Arcalis empezó a llover a cántaros: sí, habíamos tenido suerte. Solo nos faltaba un ascenso corto desde La Massana hasta Pal y ya estaríamos de vuelta en casa. El viaje salió mucho mejor de lo que hubiera imaginado, y me quedé con la sensación de que si solo pudiera tener una única bicicleta, la Addict Gravel de SCOTT sirve para todo. 


Llevo ya cerca de 20 años entrenando y compitiendo en carretera, y la Gravel me ha devuelto a mis raíces, a la época en que me enamoré del ciclismo. Ahora, cada día es una aventura y al mismo tiempo hago ejercicio. Ha revolucionado mi forma de concebir los entrenamientos y a mi edad me considero muy afortunado de disfrutar tanto del ciclismo. He montado bicicletas SCOTT durante la mayor parte de mi carrera profesional, porque tengo la sensación de que los de SCOTT sienten el mismo amor y la misma libertad que ofrecen sus bicicletas, y me gustaría poder darles las gracias a todos por el apoyo que me han prestado.


El recorrido

Para salir desde Andorra La Vella, hay que subir hasta La Massana. Desde ahí subimos por la CG4 en dirección a Pal. Seguimos por la CG4 hasta el Port de Cabus. Desde La Vella son unos 1300 m de ascenso. En la cima la carretera se vuelve de tierra y se convierte en la Carretera de Tor. Hay un descenso largo por Tor y Noris hasta volver al asfalto a la altura de Alins. Desde aquí hay que tomar la L-510 a la izquierda en descenso por el valle hasta el cruce con la L-504, que tomamos hacia la derecha en dirección norte hacia Tavascan. Desde Tavascan seguimos el Cami de Graus que atraviesa Quanca. Es un camino de tierra precioso y asciende unos 700 m hasta que el camino se convierte en un sendero. El ascenso hasta el collado a 2100 m es muy bonito y alterna el pedaleo con la caminata. Ahí estás ya en Francia. Hay que bajar un tramo técnico a pie y luego otros tramos técnicos magníficos. La ruta desemboca al final en una carretera de categoría D en el valle de Ossese antes de enganchar con la D38. Desciende hasta llegar a la D8f. Sigue por la D8f hasta el cruce con la D18 y gira a la derecha. Llegamos al pueblo de Vicdessos. Sigue las indicaciones hacia Auzat. Desde Auzat, toma la D8 para subir por el valle de Soulcem. Prepárate, porque este ascenso es de aúpa. Pasado el lago de Soulcem la carretera se transforma en un camino de tierra que continúa el ascenso hacia las altas cumbres. Al final del camino de tierra subimos por un sendero que hay a la izquierda y que nos lleva al Port de Rat. Desde ahí tenemos una hora de caminata y pedales hasta el collado situado a 2500 m. A continuación, la ruta comienza un descenso vertiginoso hasta la estación de esquí andorrana de Arcalis. El camino es de tierra al principio, pero luego está pavimentado a medida que nos acercamos a la estación de esquí. Toma la CS-380 hasta Ordino, y desde ahí se baja hasta regresar a La Vella. La ruta podría hacerse en una sola jornada muy larga, pero yo recomiendo hacerla en 2 días para disfrutarla de verdad.


Es el momento: date una escapada y vívelo en persona

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  • Vídeo/Fotos: Sam Flanagan
  • Texto: Svein Tuft